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domingo, 26 de febrero de 2012

PROGRAMA DE SEMINARIO CELEBRA EL SIGLO DE LA ENSEÑANZA MORMONA PARA JOVENES

19 de enero de 2012. Salt Lake City. Comunicado de Prensa. En 1912, junto al Granite High School en Salt Lake City, Utah, Thomas J. Yates asumió la difícil tarea de organizar y enseñar la primera clase de seminario de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (más conocidos como los mormones). Yates, ingeniero de información de la Universidad Cornell y empleado de planta de energía, montó su caballo al mediodía de su trabajo de tiempo completo para enseñar a los 70 estudiantes inscritos en el programa. 





Yates reconoció la naturaleza exigente de la búsqueda educativa. “Esta era una nueva empresa,” afirmó en su autobiografía. “Esto nunca antes había pasado. Pudimos ver maravillosas posibilidades; si se tuvo éxito, esto significará un cambio completo para la Iglesia.
Yates estaba en lo cierto a su predicción, de acuerdo al élder Paul V. Johnson, Comisionado del Sistema Educativo de la Iglesia.
El factor más importante en los 100 años de seminario, es que ha tocado cientos de vidas durante estos años,” agregó Johnson. “La vida de los jóvenes que ha sido afectada, por lo que tienen la oportunidad de aprender el Evangelio y aplicar las enseñanzas en sus vidas.”
Seminario, o la historia del estudio de religión y escritura pasó a ser de los 70 estudiantes de secundaria de una localidad a 370,000 estudiantes inscritos en más de 140 países en la actualidad. Los alumnos estudian cuatro años para completar el programa, los cursos incluyen el Antiguo y Nuevo Testamento, el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Historia de la Iglesia.
“El plan de estudios da a los estudiantes la oportunidad de comprender de forma secuencial lo que las escrituras enseñan”, dice Chad H. Webb, Administrador de los Seminarios e Institutos de la Iglesia. “Ellos descubren las historias, la gente y antecedentes de los volúmenes de las Escrituras. Es un proceso que les permite encontrar respuestas a sus preguntas en sus propias vidas.”
Los estudiantes actuales estudian las escrituras y la doctrina de la Iglesia en una variedad de métodos.
En áreas geográficas con alta concentración de miembros de la Iglesia, una “liberación” del plan de estudio de las escuelas públicas regulares se concede reglamentariamente y los estudiantes asisten a seminario como parte de un día normal de escuela. En las comunidades con menor número de miembros, los estudiantes generalmente asisten a las clases de seminario en el día o temprano por la mañana, los cursos se imparten antes del horario regular de clases, y a menudo empiezan a partir de las 6:00 am. Algunos estudiantes asisten a seminario después de la escuela. Otra opción en áreas muy remotas, es que se permite la inscripción en un curso de estudio en el hogar donde los estudiantes preparan sus clases de forma independiente.
La programación de tiempo para asistir a seminario requiere sacrificios por parte de los estudiantes, explica élder Johnson. “En la mañana o después de la escuela, tienen que dar algo de tiempo fuera de su jornada escolar para levantarse temprano, estudiar y estar involucrados en el programa, los estudiantes que se enrolan en el programa de tiempo no regulado sacrifican uno de sus cursos académicos en la escuela para inscribirse”, dice el élder Johnson. “Ese sacrificio es una herramienta poderosa para ayudar a moldear y darle forma a sus vidas”. 

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